El Congreso
Ideeleradio.- Las 28 muertes registradas durante las protestas de diciembre ponen al Perú en un escenario indescriptible y las instituciones deberían actuar, sostuvo el escritor y periodista Marco Avilés, al considerar que los hechos tienen que ser investigados.
“Una muerte es gravísima, es irreparable. Veintiocho muertes creo que ponen al Perú en este momento en un escenario que es todavía indescriptible. Las instituciones deberían actuar, pero […] yo creo que las instituciones incluso tan politizadas como están actuarían si [estas consideraran que] las personas que han sido asesinadas fueran ciudadanas”, cuestionó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
El periodista indicó que la actitud del Parlamento es diferente si se compara la forma en que procedió frente a la gestión de Pedro Castillo y la manera en que actúa con respecto al gobierno de Dina Boluarte, en el actual contexto del estado de emergencia.
“[En el Congreso] intentaron vacar a Castillo desde el día uno, le hicieron una oposición muy fuerte, desde el inicio, justificada o no. [Ahora] es muy distinta la actitud con Dina Boluarte, a pesar de la gravedad de lo que se está diciendo: veintiocho muertes”, señaló.
“Las instituciones tienen la obligación de investigar crímenes, asesinatos, especialmente en estos casos, pero qué es lo que está ocurriendo. Primero, las instituciones más grandes, más representativas, como el Congreso, evidentemente tienen una forma de actuar bastante interesada”, añadió.
Nivel de subciudadanía
Cuestionó, en otro momento, a las instituciones porque pareciera que ven a las 28 personas que perdieron la vida en un nivel de subciudadanía, marcada por una cuestión racial, clasista, geográfica y cultural.
“Pero las personas que han sido asesinadas han sido enterradas en un nivel de subciudadanía, no solamente por la cuestión racial, que es un factor y lo hemos escuchado: hemos escuchado al ex primer ministro [Pedro] Angulo diciendo que las personas hablaban quechua, no se les entendía, y eso las ponía en un escenario de peligro. No solamente han sido sometidas a un nivel de subciudadanía por la cuestión racial, por la cuestión de clase, son gente de clase trabajadora, obrera”, aseveró.
“Muchos testimonios, incluso [hablan] de [que las] personas que murieron era gente que volvía del trabajo a su casa y se encontraron en ese escenario de fuego, de disparos. […] Cuestión regional. No están en Lima, y Lima no el departamento, o sea, no están en Lima moderna, en esta zona supercentralista, de unos cuantos distritos, donde está el poder económico, donde están los líderes de opinión, derechizados, etcétera”, indicó.
Advirtió que esa forma de ver el contexto y los fallecidos está afectando también a los analistas, líderes de opinión, artistas, intelectuales y escritores.
“Y una cosa más. Esto no solamente está afectando a las instituciones que deben investigar estos casos. Esto está afectando también a los analistas y a los líderes de opinión, a los líderes políticos, a los artistas, intelectuales, escritores. Y es por eso que a mí me interesa mucho resaltar esto”, describió.
“O sea, debemos reaccionar. El silencio y la inoperancia de las instituciones y de todos estos grupos que he descrito solamente se explica dentro de esto: las personas asesinadas han sido convertidas en subciudadanas; ¿a través de qué mecanismo?, del terruqueo”, opinó.
Sistema de incredulidad
El escritor sostuvo, asimismo, que “las personas que están sufriendo violencia están siendo aplastadas por este sistema de incredulidad”. Opinó que las élites, desde su burbuja en Lima, asumen que “lo que les pasa a estas personas no es creíble”.
“Entonces, ¿a quienes se les cree? ¿en qué momento se les cree? En este momento, estamos sorprendidos porque Reuters lo está diciendo. Cuando las personas mismas que estaban sufriendo la violencia lo decían no se les creía y esto es esto es terrible”, declaró.
“Y nuevamente quisiera reforzar esto. Las personas que están sufriendo violencia en este momento están como aplastadas por este sistema de incredulidad. No se les cree, no se les habla, no se les escucha. Necesitan intérpretes, y no es porque hablen quechua, muchas de ellas. Es porque se les considera, dentro de este sistema peruano, como subciudadanas”, enfatizó.
Medios digitales y prensa extranjera
Estimó, finalmente, que estamos “en un país que tiene una estructura racista y clasista muy funcional para el ejercicio antidemocrático del poder”. Criticó, del mismo modo, el papel de los grandes medios y resaltó el rol de la prensa digital y extranjera.
“Entonces, en este caso, Reuters, AP [Associated Press] y muchos medios también locales, Ojo Público, etcétera, Salud con Lupa, que están haciendo un gran trabajo, están operando como intermediarios que le intentan dar credibilidad, porque por sí solas lo que dicen estas personas [para otros] no sirve, no vale. Eso es sumamente terrible, y solo se puede explicar si nosotros empezamos a entender esto o a intentar entenderlo bajo la lógica de cómo opera el clasismo y el racismo de forma estructural”, refirió.
“El clasismo y el racismo explican este tipo de actitudes, pero también lo que no me deja de sorprender es el silencio de una gran parte de la élite intelectual, de la élite cultural y también de la élite política, que suelen ser muy vocales, muy verbales para diferentes cosas, pero en este caso están guardando silencio”, concluyó.
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#MarcoAvilés: La ciudadanía que está en las calles necesita solidaridad, respaldo, ser escuchada, justicia, acompañamiento. Ahí es donde veo la salida. pic.twitter.com/X59lfCqVTb
— Ideeleradio (@ideeleradio) December 29, 2022