Galo Vásquez - Ideeleradio
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No ha sido fácil

Ideeleradio.- Estamos esperando que el Poder Judicial ejecute la sentencia que emitió el Tribunal Constitucional (TC) que declaró fundada la demanda de cumplimiento presentada por las comunidades nativas de Cuninico, San Francisco, Nueva Esperanza y Santa Rosa, afectadas por el derrame de petróleo ocurrido el año 2014, sostuvo Galo Vásquez, presidente de la Federación de los Pueblos Cocamas Unidos del Marañón (Fedepcum).

“No ha sido fácil para nosotros. Son nueve años y hace siete años atrás el Tribunal Constitucional sacó una sentencia favorable para nuestras comunidades y, desde ahí, es que estamos esperando, pues, que el Poder Judicial dé la ejecución de la sentencia favorable a estas comunidades”, reclamó en diálogo con Ideeleradio.

“En siete años [después de ocurrido el derrame] salió la sentencia. Son nueve años ya [desde que ocurrió el derrame que venimos reclamando]. Después de la sentencia, vinieron dos años más [que el caso está para ejecución]”, puntualizó.

Cabe recordar que el Tribunal Constitucional expidió la sentencia 828/2020 en el expediente 03799-2018-PC/TC que ordena a Petroperú compensar a cuatro comunidades nativas afectadas por el derrame de petróleo del año 2014 y dispone dar cumplimiento al punto 4 del anexo 4 del Decreto Supremo No 081-2007-MINEM, que aprueba el Reglamento de transportes de petróleo a través de ductos.

Cuestiona al Minsa

Vásquez Silva hizo, asimismo, una valoración respecto a las acciones del Estado, tras el derrame ocurrido el 2014. Mencionó la labor y los informes del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa), pero cuestionó la actuación del Ministerio de Salud por la deficiente atención y el inadecuado acceso a medicamentos.

“Hay sectores, por ejemplo, como el Ministerio del Ambiente, que sí reconoció los daños que hubo en Cuninico, sobre todo OEFA que ha ido [a Cuninico] a hacer un diagnóstico de qué daños hubo. OEFA mismo sacó una resolución [que establecía que] ese derrame ocasionó un daño potencial a la flora y fauna y vida humana [de Cuninico]”, señaló.

“[En cuanto] al Ministerio de Salud, a pesar de que ya hay resultados [diagnósticos] y hay gente afectada por metales pesados en la sangre, pero aun así no se han iniciado los tratamientos y nos atienden inadecuadamente, nos dan medicina vencida, no nos dan medicina. Hay impago de personal, es por eso que renuncian y nos quedamos sin atención. En cuanto a la salud, otros sectores del Estado hacen omiso al clamor de esos pueblos por esa afectación”, agregó.

El presidente de la Federación de los Pueblos Cocamas Unidos del Marañón (Fedepcum) criticó también el papel de la Gerencia Regional de Salud (Geresa) de Loreto.

“Con relación a la salud se ha complicado. Es más, ahora por más que la salud esté complicada por parte de la Geresa de Loreto también hace omiso a esa atención porque no nos abastecen de medicina. Si es que nos dan medicina, nos dan medicina por vencer, una semana por vencer, dos días para vencer y es por eso que nosotros hasta ahora no podemos lograr una atención adecuada en cuanto a la salud, alimentación, agua y en todos los aspectos en nuestras comunidades”, lamentó.

“Si bien es cierto hay mucha afectación en el aspecto social, económico, cultural y sobre todo la salud. Nuestra salud en las comunidades afectadas está siendo bien precaria. La gente está muriendo por esa afectación de ese derrame de petróleo. En el ecosistema ya no existe la medicina vegetal que nosotros usábamos antes”, acotó.

Necesitamos agua

El líder indígena subrayó que la población necesita agua apta para el consumo humano, pues la contaminación por derrame de petróleo afectó la quebrada de Cuninico. Explicó también el perjuicio económico, social y cultural.

“[Para acceder al agua] esperamos caer la lluvia. Esperamos que llueva para poder juntar en nuestros envases para tener agua, sino de otra manera no podemos. La gente por necesidad a veces tendría que tomar el agua de Cuninico, pero luego se enferman y hasta mueren”, manifestó.

“Estamos desabastecidos, no tenemos alimentación ni agua para consumo, porque toda la quebrada de Cuninico, de la cual nosotros subsistíamos se ha contaminado en el 2014 y en el 2022 hubo un desborde que ya se complicó la contaminación. […] Culturalmente también nos hemos afectado, porque toda nuestra cosmovisión, nuestras costumbres culturales se ha dañado desde ese derrame. Nosotros también vivíamos desde la pesca, ahora ya no tenemos pescado para vender”, agregó.

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