Una mirada limitada
Ideeleradio.- La manera en que los medios de comunicación se han hipotecado al poder es una muestra de la crisis sistémica que se da a nivel político, electoral, judicial, empresarial y castrense, opinó la comunicadora Laura Arroyo.
“[Sobre] la punta del poder mediático porque esto es un debate además a nivel internacional, donde muchas sostenemos también que los medios de comunicación son actualmente los principales espacios de disputa ideológica a nivel mundial. Esto no es solo peruano, pero en Perú además se ve mucho”, manifestó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Y yo creo que la manera en que los medios se han hipotecado al poder, como bien señalabas, es una muestra de la crisis sistémica. Por eso, cuando hablamos de crisis en el Perú — algunos decían que es una crisis electoral; algunos una crisis política y que se debía resolver solo tocando las reglas electorales; o algunos decían que era una crisis política con algunos ribetes económicos, pero nada más— siempre era una mirada limitada”, dijo.
Espacios de poder
Arroyo Gárate indicó, en ese sentido, que esta crisis sistémica le ha permitido a la presidenta de la República, Dina Boluarte, articular tantos espacios de poder juntos de alguna manera.
“Eso es que le ha permitido a Dina Boluarte articular tantos espacios de poder juntos de alguna manera. ¿Por qué?, porque una crisis sistémica donde tienes al brazo judicial, al brazo mediático, al brazo económico, al brazo empresarial, al brazo político, al brazo castrense, ojo, y cuando tienes toda esa articulación es porque hay una crisis sistémica del sistema, yo creo que esa es la clave”, explicó.
“Y los poderes mediáticos entran en esa lógica, están jugando como cómplices directamente de la dictadura desde el comienzo, y desde antes, porque jugaron también a ser opositores a [Pedro] Castillo y no a ser periodistas, algunos sí”, acotó.
Arquitectura del poder
La analista señaló, asimismo, que lo que habría ocurrido, tras la salida del poder de Alberto Fujimori en el 2000, es que la arquitectura de poder que se montó en ese entonces se mantiene intacta.
“Decir esto es describir una situación. No estoy emitiendo un juicio de valor. Pero por lo mismo y a raíz lo que estabas comentando, creo que es bien importante sacar lecciones. Yo creo que una de las grandes lecciones que deberíamos haber aprendido en los noventa, en el tránsito de los 90 a los 2000, es que no bastaba con sacar a [Alberto] Fujimori”, manifestó.
“La prueba más clara es que hoy, desde los 2000 hasta el 2023, su arquitectura se mantiene intacta, esperando a que llegue alguien que pueda construir lo que faltaba, las paredes, pintar la fachada, poner las puertas y eso lo ha hecho Boluarte. Eso lo ha hecho Boluarte con todos los poderes que se han prestado para ello, para terminar de armar la arquitectura”, agregó.
Un país con igualdad
Consideró, en ese sentido, que lo que se necesita es desmontar esa arquitectura y reformarla con miras al tipo de país que queremos construir, con igualdad y más inclusivo.
“Y por eso la lección fundamental que debimos aprender la del fujimorismo, pero que hoy podemos aprenderla de este proceso terrible que estamos viviendo es que no basta con sacar a la cara visible, que hay que desmontar la arquitectura y para desmontar la arquitectura necesitamos hablar del tipo de país que queremos construir porque necesitamos pensar una nueva arquitectura”, remarcó.
“[Necesitamos pensar en] una arquitectura donde a lo mejor esté prohibido que una sola familia sea dueña del 80% de medios de comunicación, por ejemplo; una donde no se permita que las grandes transnacionales que se roban nuestros recursos tributen impuestos fuera y no en el Perú. Tal vez deberíamos pensar una arquitectura que no permitiera eso y así como eso tantísimos otros temas”, puntualizó.
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